Estoy
aquí,
vestida de
día negro,
oliendo a
brea,
en medio
de recuerdos
y bruma de
alas.
También huelo a
aire vencido,
a caminos
recortados
y a
aliento seco.
El abrazo
se ha marchado,
olvidó que
la sombra
adoraba su
perfume.
Empeñado en escapar
de vereda
pegajosa,
sacudió
delirios adheridos.
No supo
que encarnado en
su ser
se llevó el aroma
de la hembra.
Ana Lucía
Montoya Rendón
Julio 2013
.
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