1.
Una
mujer que hable desde el vientre puede invocar a la Diosa. Los elementales del
agua, del fuego, de la tierra y del aire, son sus servidores.
La
mujer que hable desde sus vientre y pecho, puede exhibir desde ellos, la
posesión de la Luz del Universo.
Esa mujer que hable desde el vientre es lecho de carne, de sacro y de cielo.
2.
Un
vórtice sube hacia los otros
ahoga gritos en el pecho del mundo
sufre vértigos de
corazón y rebeldía.
3.
A
La Reynamora Azul
(Poeta
andagaleña)
Eres
tú, Vidriala. Eres toda vidriala: tu voz, tus ojos, tu corazón, tu piel, tu
tierra.
Eres todo en un solo vientre, eres tu gente toda.
Tú, pariendo a diario
el espíritu de una hija que tiene cuerpo tan grande que abarca el infinito;
siempre viniendo con nombre propio; es
por eso que no necesita bautizos, porque ella nace dentro del agua, dentro del
aire, dentro del grito y el eco. Dentro del azul del cielo, nace del verde de
los campos y, llora oro, plata y piedras preciosas. Es mariposa y pájaro, eres el
río y su lecho.
¡Eres tanto! ¡Eres todo!
Eres una hembra hermosa llamada Libertad.
Nadie la secuestra, ¡nadie!
4.
Como
no me bajo del púlpito de zona tórrida, olvido el frío de los que disfrutan una
de las bellezas de la naturaleza: Las cuatro estaciones.
No hay estaciones en el trópico.
Somos de zona tórrida. Ella nos vive, nos palpita. Está presente en cada célula de piel o de sangre de los nacidos en esa franja. Reside en nuestro aliento y, aun boqueando, cocinamos con sus ardores sobre nuestra tierra, algún biscocho en camposanto.
Somos de zona tórrida. Ella nos vive, nos palpita. Está presente en cada célula de piel o de sangre de los nacidos en esa franja. Reside en nuestro aliento y, aun boqueando, cocinamos con sus ardores sobre nuestra tierra, algún biscocho en camposanto.
5.
Sobre
el poeta y la mentira
Creo
que cuando un poeta escribe, él no existe en su piel, su ser está inundado de
toda la sangre del mundo; sangre de los que están, de los que se fueron, de los
que aún no son. Escribe con el pecho abierto, en canal. Su pecho es del tamaño del
Universo. No miente ni dice verdades, solo expresa, en colores, en texturas, en
sabores, entre veladuras, todo lo que ve en y fuera de él.
6.
Noche
larga: la Vida
Noche
larga: las esperas
Luminosa
como tórrido medio día: la Muerte.
Ana
Lucía Montoya Rendón
Octubre
2014
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