(De la Mejor de los Borgia)
es media noche...
en el pabilo tibio
aun sueñan las luces de las velas
con qué furia los perros azotaron esa
puerta
y mis piernas y vientre
—helados—
arroparon sombras de sed y enojo
y morí por cada golpe…
sentí que el túnel había sido abierto
que el tropel arrojaba muchas veces el
portón
¡qué estruendo de silencios exaltados!
como correteos de sangre
escondían mil derrotas
nunca sabré si después de cada orgasmo
esas rabias empujaban en mi seno
en mi corazón y alma
miedo y gozo
—crueles me sostuvieron esa mezcla de
pecado y éxtasis—
desde antiguo me lanzaron al vacío
sabían que el mañana estaba listo…
—César no escuchaste ni mi voz ni mi aire
porque también morías con cada golpe—
él murió siempre conmigo
por la suya
mi historia
cada día se hace más infame
... ... ...
hoy
desde la soledad de su cuarto
ella observa a esos perros...
La mejor de los Borgia
octubre 2014
.
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