Mis
centros juntos, cada uno, cuadriga desbocada, eclosionan mis sentidos, atropellan
sin tocarse, cada uno con sevicia, desde adentro o desde afuera, ataca: el sonido,
el silencio, la nada… sobre todo ésta: ¡la nada!
Enervados,
furiosos, triunfantes o perdidos, buscan cohabitar en los bordes de mis limbos,
debajo de mi lengua, encima de mi olfato, en los infinitos espacio de cada palabra
que expreso; quieren vestir mi aliento, cabalgar
el péndulo de mis deseos y escapar luego
a través de fisuras dibujadas en un sueño ajeno a mí y a ellos.
Ana
Lucía Montoya Rendón
Octubre
29, 201414
No hay comentarios:
Publicar un comentario