Por
qué hay manos diestras que querrían parecerse a las siniestras…en cambio, las
siniestras, generalmente quieren ser cada vez, más y más siniestras. Nos
castraron diciéndonos que lo diestro es bueno y que todo acontecer malogrado es
siniestro.
¿Por
qué la Luz y las Tinieblas casi se atropellan entre sí deseando el sitio de la
otra?
Cuando
la Luz entra, invade, penetra, refleja, alienta, sana... Las Tinieblas también
invaden, a la vez que absorben y ocultan...
Ni malas ni buenas las dos, solo madres y maestras. Sin Luz el ciego
aprende de verdad a ver. Sin Luz el andar se hace pausado, el oído atento, el
respirar calmado; cada sonido, aroma o textura, es un banquete de nuevos
anuncios, es la apertura de lo íntimo, es en ese ambiente donde el alma desnuda
se mira y se degusta, como si estuviese en presencia de la plenitud de la Luz
¿Por
qué no meterlas juntas en nuestro ser para que, desde esa convivencia, las dos nos
hablen de nosotros mismos? Esa sería la plenitud del conocimiento.
ana
lucía montoya Rendón
Febrero
1º., 2015
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