Hay debajo de la almohada,
un brillo y un canto,
debajo del canto hay un sueño y un río;
junto al alma del río,
asombrado vive un pueblo,
arropado con manto de estrellas.
Tus ojos miden distancias
y zarandean luceros para que su magia,
como abono,
caiga
sobre el alma de tu gente.
No te cansas,
solo sueñas que te cansas para tramar una
siesta.
Ana Lucía Montoya Rendón
Diciembre 2013
.
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