Estar
seccionado
entre
ideas y palpo de horizontes ,
entre
retinas y caminos,
entre
miles de tazas de café y un nido.
Estar
ausente de sonidos,
piel sin
sendas, la boca sin saliva;
ser campo
sembrado de cerraduras mutiladas,
sin oficio
las llaves,
como putas
condescendientes,
bailan en
las cinturas de los estúpidos verdugos.
Todo
ocurre en medio de festejos
y en medio
de ellos, muere el alma.
Ana Lucía
Montoya Rendón
Agosto
2013
.
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