Se
cuestiona el estómago,
— ¿Por qué
la horca? ¿Acaso no es por el cuello que debe correr la soga?—
Nuestras
células van a comer todo, van a digerir todo. Van a ponerlo en cada rincón de
nuestros cuerpos físicos, lo transmitirán al emocional, de allí, al mental;
luego, nuestros espíritus, tantas veces insaciables, a ratos sentirán gozo
(¡sólo a ratos!). Es por eso que las almas en cada primavera reinician su ciclo
nutricio y gritan nuevas hambres con toda la potencia que tienen las bocas de
sus estómagos.
Ana Lucía
Montoya Rendón
Agosto
2013
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