tiempo de
soledad
antes y después
tiempo de siempre
tiempo de siempre
para tejer
nuevo nido y depurar andanzas
para escuchar
a plenitud las notas dulces del silencio
escucha
suena bien
el dúo acompasado que cantan nuestroos cuerpos
intenta de
nuevo
uno
dos
hasta tres
golpes
y la
puerta
—cadera feliz—
dejará habitar al olvido
Ana Lucía
Montoya Rendón
Agosto de 2011
.
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