por calles
polvorientas va la voz
patea
desconciertos
nadie ve las
plantas de sus pies sangrantes
nadie ve
que el adoquín le contagia su tristeza
a su paso un
ejército esgrime silencios
mientras
de los postigos vecinos
chorrea
lujuria y descaro
no
entendieron más su canto
solo
quieren pan duro
y beber
agua del caño
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