“…tiende inevitablemente a defender las necesidades de su propio «Ego» contra las de los
demás, o, si se identifica con un grupo de gente de la misma clase, defenderá a su grupo de un modo parecido. No puede pensar seriamente en la humanidad como una realidad básica, que exige su prioridad.”
DAVID BOHM
Esta es la condición típica de ser gregario, ser mansos, ser manada, considerarse felices por ser parte de un rebaño y no
aceptar que desde lo más íntimo y desde el silencio, se puede ser parte del
Todo siendo Uno con Él; por eso la creencia de que ser colectivos “es dejar de
ser sí mismos” (idea aprovechada por los líderes políticos, sociales y
religiosos), desde el mundo externo hasta lo más profundo del propio fuero
interno. Desde esa perspectiva está la
condición de creer ser lo que está allá, afuera y estimarse deudores de una lealtad que obliga a pensar que lo que el pastor indique es "el camino, la luz y la
vida”, olvidados de que lo verdaderamente importante es ser y estar y actuar
sin actuar, donde todo fluya suave, sin esfuerzo, como un río enamorado en busca de la mar.
Ana Lucía Montoya Rendón
Junio 2013
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Ana Lucía Montoya Rendón
Junio 2013
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