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a punto de bocado
el vientre
succiona abismos
insaciable de tiempos
insatisfecho de distancias
en manos de ilusiones
ha enloquecido
su desayuno
almuerzo y cena
deambulan
entre sinsentidos
y bocetos vacíos
también a punto de bocado
muere la sombra
errante
a campo traviesa
por la “bocaleda” escuchas su lamento
¿quién osará ponerle otra pata al burro
o buscar encajes de hilo en la espuma del mar?
quien enfrente estos absurdos
podrá decir
que conmigo atravesó el espejo
¡bocaleda!
¡bocaleda!
mi amado sembradío de hambres
y difuminos de grafito
ana lucía montoya rendón
mayo 2014
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