las ideas entre columnas de la
Historia
esperan ver dónde se fracturan las
conciencias
ante llantos madrugados en ojeras de
los niños
en frenético vaivén bailan rondas sus
moqueos y dientes de leche
y sus sonrientes caras sucias…
sus ilusiones como de sueños en
panaderías de cristal
pasean aromas de pan caliente por sus
vientres
tomados de manos fantasmas que les
hablan de ternura
y saborean sus labios desteñidos un bocado
afónico
ante la estupidez amarga de versos
como éstos
¿qué aporta a los niños mi voz si en su
diccionario la comida no existe?
¿si solo pongo en sus vientres mi
magro y soso canto?
algún día llenen de aire nutricio —ardiente—
el fuelle de sus pechos
y por fin escuchemos sus gritos
libertarios:
¡por favor, llena mis manos de pan
seco, al menos dame un pedazo!
ana lucía montoya rendónmayo 2011
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario