"...y yo seguía detenido en el mismo
lugar temblando de miedo
- y sentía que un alarido infinito
penetraba toda la naturaleza”
El Grito.
Eduard Munch
voz como cuchilla
hasta el alma en canal abrió mi soledad
clavado en mí su grito
diluidas ideas del perchero caen
y desnuda no me atrevo dar el paso
mis pensamientos de sombrero
y mis deseos a las caderas de la noche
atados
una camisa de fuego pálpitos ataja
y mis pies calzando fierros siembran pasos
oxidados
en surcos malditos la simiente muere
horizonte azul escapa de mí
no grito más
aúllo de impotencia pero ya no existe eco
hace poco días asistí a su sepelio
ana lucía montoya rendón
enero 2011
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2 comentarios:
Lo que se va siempre nos trae recuerdos, malos o buenos...pero afloran...un besote
Fuerte y sentido, desde tu lado izquerdo.
Namasté
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