todos los relojes corren
me lanzan sus minutos y segundos
no hay juego limpio en sus tic tacs
sus pisadas
—las horas y los días—
viejos días de aire yerto
huérfano deseo de sentir
no fue mío su susurro ni su beso largo
nunca fue del tamaño de mi cuerpo
nunca fue del tamaño de mi cuerpo
ni del tamaño de mi anhelo
saben a muerte la muerte y sus anhelos
saben a fin del fin
el tiempo corre y muere
innoble sobre la espalda
quema
todo el peso de su muerte sobre mí...
ana lucía montoya rendón
marzo 2014
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