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en el mundo
del silencio izó bordes
mostró su palma herida
y su lágrima
canica
fue de plata
y de martillo
en el pecho
de la Luna y del olvido
columpió en el cuarto oscuro sus deseos secretos
hechos de pan y de hambre
sus hombro cargaron fardos
y lo vieron callado, hombre-falo-sacro
ella miró su silueta en el espejo
y se vio... hembra-arca-incienso
¡cuánto
tiempo para sanar
las penas!
ana lucía
montoya rendón
diciembre
2012
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