CADA UNO VA
¿Qué pienso? Que no hay nada nuevo, que
por más que deseemos ser mentores de novedades, terminamos siendo "la
copia de..., parecidos a...". Definitivamente lo que hay que hacer es
asumir con elegancia que somos unos loros bien mandados, con buen amo que nos
ha enseñado a cotorrear lindo, o casi lindo.
— Periquito, ¿quiere cacao? ¡rua!
¡rua! ¡ruaaaaa!
La originalidad es una palabra muy
hermosa, pero como característica de un individuo, es patética. Posar de
originales produce prurito.
Cuando decimos, “sueño con un cielo
lejano”, no es porque queramos ir hasta la cochinchina o literalmente hasta el
fin del mundo. No, tan solo es una manera de expresar anhelos o añoranzas de
mundos cada vez más sutiles. Para ese viaje cada uno se toma el tiempo que requiere
su alma, cada uno va con el ropaje que ha escogido no con lo que otros le
impongan. Cada uno va consigo mismo, trastabillando o firme; cada paso lo da de
día o de noche, transitando por caminos llanos o pendientes, aguantando
resolanas, lluvias, tempestades, saqueos, abusos, o a veces, gozando a plenitud
de la dicha. Cada uno va porque así lo decide íntimamente aunque no siempre
esté consciente de ello. Lo importante es que “sí o sí“, va. Es su decisión y
de nadie más. Nadie puede conducir al otro, ni el padre o la madre, ni el
hermano o el amigo, mucho menos los afanados pastores; todos, quizás, quieran
indicar rutas, sin embargo, el alma, por su misma naturaleza, es positivamente
sorda, viene con tendencia innata al descenso o al ascenso, y también, sin
saberlo muchas veces, actúa como ave de alto vuelo, o como creatura de pozos
profundos. Según sean sus necesidades y libre albedrío, así hace su marcha. La
sociedad, de acuerdo a los códigos con los ha regido a la manada, se molesta
cuando el comportamiento individual es marcadamente diferente al de la mayoría
(como originales, ¿no?).
Adentro de cada individuo hay un
sentimiento innato de lo que es volar, un recuerdo vívido de infinitas
travesías y de paisajes vistos desde imponentes alturas; dentro de cada uno
existe la sensación de siempre haber tenido la vista aguda, sentimiento preciso
de simultáneamente ser ruta, águila, roca escarpada, y nido.
Sí. Sea volando, andando, reptando,
nadando, o en la quietud del vegetal o la roca, el ser siempre va, es eterna su
marcha, es eterno su refundirse dentro de las nociones de Tiempo y Espacio.
Ana Lucía Montoya Rendón
Ana Lucía Montoya Rendón
Junio 2014
Nota:
De nuevo me digo,
¿No estará todo dicho?
Creo que sí, insisto. Leemos la Odisea y
tantos otros libros de antiguas culturas, por ejemplo, de la India, ¿no
sentimos muchas veces cuando hacemos esas lecturas que hay una memoria
presente? De eso quería tratar cuando titulé mi pequeño texto, CADA UNO VA. Le hice esa antesala jocosa por mi supuesta "originalidad" y, de paso,
por la de muchos.
Qué son las olas en la moda, no solo la moda
en la ropa, sino en las artes, en los usos y costumbres de las distintas
civilizaciones que nos han precedido ¿que
ha cambiado? Quizás los instrumentos y frente a ellos algunas actitudes de la
gente. Sin embargo, de los Mayas, de los Egipcios, de los Incas y de tantos
otros pueblos, han encontrado lo avanzados que eran en las ciencias, en el
manejo de la agricultura y en el conocimiento de l Universo, entre otros…
Ana Lucía Montoya Rendón
Junio 20114.
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