No se arruga el alma, porque lisa,
deja correr como bandera al llanto,
ondean en la cumbre gritos limpios,
lavados en la salmuera de un mar calmo.
No se arrugue el espectro ante lo oscuro
porque de Luz ha sido hecho este canto,
aunqe muy triste y duela algo,
fluyen sobre esperas mis palabras,
camino verde que por evos he labrado.
No se arrugue con mis quejas, compañero,
que, deliran febriles mi piel y mi voz,
son ellas los más querido en este viaje
al unísono gritan su alegría... dicen, mío
un zenzontle alza vuelo... ¡viene a mí!
ana lucía montoya rendón
octubre 2012
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