8. Intimidad

El mejor de los hombres es semejante al agua,
La cual beneficia a todas las cosas, sin ser contenida por ninguna,
Fluye por lugares que otros desdeñan,
Donde se acerca más deprisa al Tao.

Así, el sabio:
Donde mora, se acerca más deprisa a la tierra,
En el gobierno, se acerca más deprisa al orden,
Hablando, se acerca más deprisa a la verdad,
Haciendo tratos, se acerca más deprisa a los hombres,
Actuando, se acerca más deprisa a la oportunidad,
En el trabajo, se acerca más deprisa a lo competente,
En sentimientos, se acerca más deprisa al corazón;
No lucha, y así permanece libre de culpa.

Lao Tse

Tao Te Ching

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jueves, 11 de junio de 2015

QUÉ PIENSO




Pienso. Sí, a veces pienso (¡afortunada!) que, algún rayo de luz escapado ha equivocado su camino, se me interna y, terco, quiere refulgirme. Pienso que hay cojos (de la derecha o la izquierda), que hay jorobados y, sobre todo, hay muchos gusanos de mente (¡demente!) y corazón.



Observemos bien ese paisaje. Allá. Sí. No se asusten. Todo está adentro de nosotros, muy adentro los vemos: hay cojos, jorobados y gusanos. Todos tienen el dedo índice de sus manos, largo, largo... muy largo... Señalan y disparan siempre hacia el lado contrario. Nunca han disparado hacia sí porque, el culto al ídolo (de sí mismos y de sus verdugos), comienza allí, adentro de sí mismos.



Son Cojo-landia, Jorobo-landia (tierra de arrodillados ante pontífices o verdugos, como los llamemos, da lo mismo), y, Gusanolandia (ningún vermífugo ha logrado sacarles a sus habitantes el sentimiento de rastreros y blandos consigo y con los demás, de acuerdo a su conveniencia), verdaderas tierras de alta demografía.



Somos tan densos que, los haces de Luz, en sus intentos por penetrarnos, quedaron con sus puntas romas y ya, cansados, no intentan más la iluminación de nuestras vías arterias…






Creo, desde que tenía unos once años, de forma intuitiva vengo insistiendo por la necesidad de Equilibrio (con mayúscula, como debe ser mencionado un ente de tal altura), esquiva balanza que, si se originara allá, en lo más íntimo, el resultado sería de un mundo o vida construidos dentro de "márgenes infinitos" de libertad, sin sesgos y tan “desapasionados” a causa del exceso de pasión por alcanzar a Armonía (sin dudarlo la nombro también con mayúscula). 

Equilibrio y Armonía tienen la piel muy lisa por eso se nos hace tan difícil agarrarlos y mantenerlos cerca de nuestro corazón.



Ana Lucía Montoya Rendón

Junio 11, 2015



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