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Foto tomada por Ana Lucía Montoya Rendón |
1.
A
veces pienso... solo a veces...
Hoy
pienso en las luces de los cirios.
Hay
cirios de un solo pabilo y otros que tienen muchas mechas; dentro de sí hay
muchas luces, entonces recuerdo a algunos nativos de edad mayor de nuestro
país, especialmente de la costa Pacífico que fuman tabaco o cigarrillos o lo
que sea, con el fuego dentro de su boca.
El
fuego dentro de la boca. El fuego dentro de la boca expelido luego por la
misma boca o por la nariz o "deglutido" para ser luego eructado.
Fuego eructado como un Vesubio, dejándolo correr sobre sí mismos... ¿lava sobre
la desprotegida Pompeya? Pompeya era una chica... Era Pompeyo un señor
desprotegido, ¡No! Eran él y ella, los dos en simultáneo, desprotegidos.
Fuego
sentado en la lengua para que lo saboree la misma lengua. Solo una lengua
"pelotea" a la palabra de un lado al otro dentro de la boca, infla
los carrillos antes de exhalar suspiros o susurros.
A
veces el fuego se sienta y no lo para nadie... fuego tullido, ¡pobre ese fuego
de los cirios!
2.
Había
cirios.
Muchos
cirios.
Hubo
cirios.
Ardían
dentro de sí mismos, miraban dentro de su fuego que nadie les insuflara otro
aliento que no fuera el propio.
Fuego
y amor propio. No es malo. Solo que, a veces, algunas cuántas veces, se dispara
su dedo índice contra la llamita de otros cirios.
3.
El
fuego de los cirios descuelga sus dedos
se
vuelve rejas de carne.
Rejas
que nacen en la fragua
de
palabras que
aunque
cocidas
viven
crudas dentro de sí mismas.
No
serán torrentes de lava
solo
serán muertos
sentados
en tronos imaginarios.
Proyecto
de fragua la cavidad bucal
—la
voz—
fuelle
roto.
¡Qué
túnel de olvidos el fuego de los cirios!
4.
Los cirios seguirán encendidos y sentados
tullidos sobre sí mismos
hasta el final de esta galaxia.
Humean
y hasta parecen que soplan volutas descendentes.
Rara especie de cirios...
No vinieron de Sirio.
Nota:
Esto continuará...
¿Continuará?
5.
Claro que continúa...
hay
corazones rodeadas de sí mismos
cirios
asentados sobre el olvido del fuego
otras
definitivamente
son total olvido
no
hubo
no
hay en su base remedo de rescoldo
6.
punto de saturación de la pirámide humana:
la raza humana
vértice de esa pirámide:
la sumatoria de egos
¡oh!
embiste ese punto
¡qué multitud de cirios sentados sobre él!
todos sentados
sobre el sueño colectivo de ser diversos
dentro del Uno-Ego
¡qué pirámide rara!
su vértice tan inflado
Ana
Lucía Montoya Rendón
Septiembre
2014
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