86.
—La veda me está matando—, murmura ella.
—¿Dónde? ¿Dónde hay veda? ¿No te es suficiente con los adobos de voces, de risas, de cantos y de los aromas?—, contestó César.
Replicó ella:
—No, porque tengo envidia de los cielos, esos que hay allá, arriba de las RODILLAS. En casi todos ellos hay cocinas y maestros. También hay perniles y caderas y angelitos en sus libros de recetas. ¡Ay César! ¿Qué parte de nuestras siluetas nos comeremos hoy?
87.
—César, el humo de las velas oculta nuestras manos. Escriben tus dedos en mis labios una
cita. Leo de cada uno de tus dedos, acentos y palabras que la Historia
estimará infernales. Te bebo y el morbo
de los pueblos deseará saber qué bebieron de mi copa, mis amantes. ¿Recuerdas
el primer sorbo, el primer hombre y la incestuosa mirada de nuestro padre, sobre nuestros
cuerpos desnudos...el tuyo y el mío?
88.
88.
—César cae
el velo. Nada condicional es de carne palpitante. La mía, tan viva, deja que
miles de lenguas la rayen y subrayen, aún con puñales desbordados de sevicia.
Amo cada línea porque me sabe a beso y a gimo, porque me sabe a cópula, porque…
Es vida como la mía: Vida/Muerte/Vida.
Ana Lucía Montoya Rendón
Mayo 2013
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—César, hay príncipes y princesas sin reino,
con la idea fija de que tienen posesiones y vasallos. Están tan energúmenos que
leen en los espejos de otros lo que creen escrito en los contornos de sus rostros.
Así su engreimiento, así la dimensión de sus sombras. Mas cuando, como nosotros,
vean realmente que las hojas de los árboles vuelan misivas migratorias, que las
mariposas fijan policromías en las ramas de los árboles con el abrir y cerrar de
sus alas y las aves empollan a la Vida totalmente desnudas porque sus plumas son
solo lecho y abrigo vivo para soñadores trashumantes; cuando se den cuenta que
el agua arde epifanías y el fuego, vuelto témpano refresca los anhelos, sabrán
que viven una siesta divina y que la lectura del paisaje es su misma dicha reflejada
desde el contorno de otras caras. Hoy solo son niños desollados cuyo corazón aún
no ha nacido. Son apenas futuro que se cuece en algún vientre y no se sabe si
nacerán como ángeles o solo serán un texto escrito en blanco. Sí, cuando todo
sea Sol y Luna entenderán cómo se gesta el Amor.
Hermano, salgamos, hay gente de ojos delicados,
extraños sabios puritanos.
La Mejor de los Borgia
Diciembre 2013
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—¡Felicidades César! Dicen que es tiempo de
celebraciones, que hay que regalar amor, empacar en celofanes de dulzuras la
mirada y, a los rencores ponerles alas y dejarlos ir; sin embargo, no entiendo
esa parafernalia de besos y de abrazos cuando no son capaces de dejar ir sus
malos espíritus. Todos tercos, les mantienen un puesto en su mesa, así conviven
con su máscara de risa, ¡Bufones!
Ana Lucía Montoya Rendón
Diciembre 2013
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César, hace tiempo he empollado mil deseos,
hoy veo llegado el momento de desovarlos como líricos orgasmos sobre las
hojas de un cuaderno nuevo.
La Mejor de los Borgia
Enero 2014
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1. EN MUCHOS TIEMPOS
(De la Mejor de los Borgia)
es media noche...
en el pabilo tibio
aun sueñan las luces de las velas
con qué furia los perros azotaron esa
puerta
y mis piernas y vientre
—helados—
arroparon sombras de sed y enojo
y morí por cada golpe…
sentí que el túnel había sido abierto
que el tropel arrojaba muchas veces el
portón
¡qué estruendo de silencios exaltados!
como correteos de sangre
escondían mil derrotas
nunca sabré si después de cada orgasmo
esas rabias empujaban en mi seno
en mi corazón y alma
miedo y gozo
—crueles me sostuvieron esa mezcla de
pecado y éxtasis—
desde antiguo me lanzaron al vacío
sabían que el mañana estaba listo…
—César no escuchaste ni mi voz ni mi aire
porque también morías con cada golpe—
él murió siempre conmigo
por la suya
mi historia
cada día se hace más infame
... ... ...
hoy
desde la soledad de su cuarto
ella observa a esos perros...
La mejor de los Borgia
octubre 2014
almr.-
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1 comentario:
El bloqueo es pétreo, impermeable, sin poros. Puede decirse que es el spray paralizador del alma. Hay quien suscribiría sin reservas esa definición, pero no es más que una aproximación. El bloqueo no aletarga el alma entera, aunque algunos así lo vivan, sino su superficie, aquella parte por la que sale traducido el mundo íntimo.
El bloqueo tapa y esconde, estrangula y ahoga. El experto en bloqueos no se siente vacío al sufrirlos, a diferencia del principiante. Todo lo contrario. El río interior se agita más en esos momentos, se vuelve violento y se torna remolino al no encontrar salida.
La forma del bloqueo, en mi caso, es el silencio, o unos breves latigazos mecánicos que suenan como falsos ecos de lo que el bloqueo mantiene a raya. Así la cola de la salamanquesa al cortarla se agita llorando la vida que no tiene.
El bloqueo duele de dos modos, según se sea aspirante o iniciado. El dolor del primero es sordo, tanto que a veces se siente meses o años después, o bien, si el iniciado es fino, adopta la forma del dolor por la ausencia del dolor ( " entre la nada y la pena elijo la pena " ). El dolor del entendido, del experto, es violento, tiene los rasgos de una tortura contra la que se sabe que en vano se lucha. No hay resignación y se quiere apurar hasta la última gota lacerante para conocer mejor al enemigo. Así se aprende que las batallas contra el bloqueo han de librarse cuando él no está. Pretender pelear cuerpo a cuerpo es destrozarse, reventarse contra el muro. Se trata de una guerra sutil, de una labor de zapa, llevada a cabo por los ejercitos del sentimiento y la inteligencia. La última crueldad que realiza el bloqueo es su retirada. Desaparece siempre cuando ya es tarde para nosotros, dejándonos sin saber qué hacer con el agua agitada del alma y con un sabor de ceniza en la boca...
Un beso.
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