lo ahogó la lluvia
mas ella arrepentida
lo revive con sus besos líquidos
así, con voz entrecortada
sin ser siquiera idea de palabra
ni eco resonante de campana
tañe él idilios y reclamos
ronco el alarido de su piel hambrienta
bronce eufórico ante el fuete sádico
esa lengua dura su badajo de coraje
que canta alegrías húmedas
en el atrio de un cuerpo paraíso
fluye ella por las gargantas
hace tupias silenciosas
y se desboca en los valles hasta morir callada
ana lucía montoya rendón
septiembre 2012
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