en algún rincón secreto
al borde de las almas que se llaman
hay una manta tibia
y en la cabecera una almohada
donde reclinada la esperanza
al borde de las almas que se llaman
hay una manta tibia
y en la cabecera una almohada
donde reclinada la esperanza
aguarda un suspiro
para invitarlo a tenderse hasta el mañana
en un rincón que está en el alma
hay espacios para amores
hay miradas hechas flama
y silencios alebrestados
masticando golosos mil palabras
en un rincón que está en mi pecho
hay un corazón atareado
desenredando minutos
haciendo sogas con mil horas
contando el tiempo con su calma
en ese rincón que estaba oscuro
ahora siempre es día
hay felicidad en cada sombra
que ahoga gritos dulces en su boca
y exhala olor de primavera
siempre hay un rincón en cada uno
siempre hay rincones para juguetar con las miradas
ana lucía montoya rendón
febrero 2012
.
1 comentario:
Bello poema, siento una alegria haberte encontrado.
Un abrazo,
Publicar un comentario