8. Intimidad

El mejor de los hombres es semejante al agua,
La cual beneficia a todas las cosas, sin ser contenida por ninguna,
Fluye por lugares que otros desdeñan,
Donde se acerca más deprisa al Tao.

Así, el sabio:
Donde mora, se acerca más deprisa a la tierra,
En el gobierno, se acerca más deprisa al orden,
Hablando, se acerca más deprisa a la verdad,
Haciendo tratos, se acerca más deprisa a los hombres,
Actuando, se acerca más deprisa a la oportunidad,
En el trabajo, se acerca más deprisa a lo competente,
En sentimientos, se acerca más deprisa al corazón;
No lucha, y así permanece libre de culpa.

Lao Tse

Tao Te Ching

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sábado, 14 de junio de 2014

CADA UNO VA

CADA UNO VA

¿Qué pienso? Que no hay nada nuevo, que por más que deseemos ser mentores de novedades, terminamos siendo "la copia de..., parecidos a...". Definitivamente lo que hay que hacer es asumir con elegancia que somos unos loros bien mandados, con buen amo que nos ha enseñado a cotorrear lindo, o casi lindo.

— Periquito, ¿quiere cacao? ¡rua! ¡rua! ¡ruaaaaa!

La originalidad es una palabra muy hermosa, pero como característica de un individuo, es patética. Posar de originales produce prurito.

Cuando decimos, “sueño con un cielo lejano”, no es porque queramos ir hasta la cochinchina o literalmente hasta el fin del mundo. No, tan solo es una manera de expresar anhelos o añoranzas de mundos cada vez más sutiles. Para ese viaje cada uno se toma el tiempo que requiere su alma, cada uno va con el ropaje que ha escogido no con lo que otros le impongan. Cada uno va consigo mismo, trastabillando o firme; cada paso lo da de día o de noche, transitando por caminos llanos o pendientes, aguantando resolanas, lluvias, tempestades, saqueos, abusos, o a veces, gozando a plenitud de la dicha. Cada uno va porque así lo decide íntimamente aunque no siempre esté consciente de ello. Lo importante es que “sí o sí“, va. Es su decisión y de nadie más. Nadie puede conducir al otro, ni el padre o la madre, ni el hermano o el amigo, mucho menos los afanados pastores; todos, quizás, quieran indicar rutas, sin embargo, el alma, por su misma naturaleza, es positivamente sorda, viene con tendencia innata al descenso o al ascenso, y también, sin saberlo muchas veces, actúa como ave de alto vuelo, o como creatura de pozos profundos. Según sean sus necesidades y libre albedrío, así hace su marcha. La sociedad, de acuerdo a los códigos con los ha regido a la manada, se molesta cuando el comportamiento individual es marcadamente diferente al de la mayoría (como originales, ¿no?).

Adentro de cada individuo hay un sentimiento innato de lo que es volar, un recuerdo vívido de infinitas travesías y de paisajes vistos desde imponentes alturas; dentro de cada uno existe la sensación de siempre haber tenido la vista aguda, sentimiento preciso de simultáneamente ser ruta, águila, roca escarpada, y nido.

Sí. Sea volando, andando, reptando, nadando, o en la quietud del vegetal o la roca, el ser siempre va, es eterna su marcha, es eterno su refundirse dentro de las nociones de Tiempo y Espacio.

Ana Lucía Montoya Rendón


Ana Lucía Montoya Rendón
Junio 2014

Nota:


De nuevo me digo,

¿No estará todo dicho?

Creo que sí, insisto. Leemos la Odisea y tantos otros libros de antiguas culturas, por ejemplo, de la India, ¿no sentimos muchas veces cuando hacemos esas lecturas que hay una memoria presente? De eso quería tratar cuando titulé mi pequeño texto, CADA UNO VA. Le hice esa antesala jocosa por mi supuesta "originalidad" y, de paso, por la de muchos.

Qué son las olas en la moda, no solo la moda en la ropa, sino en las artes, en los usos y costumbres de las distintas civilizaciones que nos han precedido  ¿que ha cambiado? Quizás los instrumentos y frente a ellos algunas actitudes de la gente. Sin embargo, de los Mayas, de los Egipcios, de los Incas y de tantos otros pueblos, han encontrado lo avanzados que eran en las ciencias, en el manejo de la agricultura y en el conocimiento de l Universo, entre otros… 

Ana Lucía Montoya Rendón
Junio 20114.


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