Tan débil
ese tono de amarillo,
ese tinte
que lleva en su corola,
mutado ha
del áureo a caracola,
si el canto
de sinsonte es pajarillo.
No es firme
ese color, es sutilillo,
y caprichoso
como el cielo y la ola,
él cambia si
tu beso lo arrebola,
será durable
si eres su caudillo.
Mas esa flor
presiente que es caduca,
de la noche
y la soledad su aroma
renace
alegre en cada primavera;
esparce sus
fragancias por su vera
pero antes
de que el Sol su cara asoma,
en su pecho,
amorosa se acurruca.
Siempre
muere esta flor en cada invierno
y dese
jardín regresa al infierno.
ana lucía
montoya rendón
noviembre
2012
.
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