se acabó la doble línea
fantasmales levitan las palabras
unas sobre otras
sin que haya cuña soportando su energía
han muerto las palabras
vagan los acentos
se escucha su agonía prosódica
se escucha su agonía prosódica
enclaustradas en silencios
en las gargantas frías de algún río profundo
huele a sustantivos yertos
y a calificativos manidos
enterrados los alfabetos
suspiran en vientre seco las nunca concebidas
hoy, son cenizas de tácitos recuerdos
quizás un día serán sustento del Verbo
ana lucía montoya rendón
julio 2012
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